Sufrir no está en sus planes

Proverbios 10:22 "La bendición del Señor enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza.."

---

Este versículo nos podría hacer pensar que las cosas que provienen de Dios no van a traernos ningún tipo de tristeza. También nos podría poner en la situación de usar las emociones para juzgar si las cosas que tenemos son de Dios o no. Pero la realidad es que hay muchas bendiciones en nuestra vida que provienen en Dios, y aun así, traen situaciones negativas. Puede que esto suene contradictorio, y confronte lo que haz pensado por mucho tiempo, pero la palabra de Dios actúa en nuestras vidas de diferentes maneras. Por ejemplo, los hijos, traen grandes alegrías y la palabra dice que son herencia de Dios. Pero tenemos que reconocer que la experiencia de ser padres trae grandes preocupaciones, momento de dificultad, retos, los niños se enferman, y pasan muchas cosas que ciertamente no son agradables. Solamente un padre o una madre sabe la angustia y el dolor que se experimenta cuando uno de sus hijos esta en peligro. Pero, ¿podría algún padre decir que su hijo no fue una bendición de Dios, porque ahora esta atravesando por un momento de tristeza? ¡Claro que no!

Las bendiciones traen retos, y ahí es donde esta el secreto. La tristeza que se experimenta es un indicativo, es un alerta de que algo no anda bien. No todo lo que trae dificultad no es una bendición de Dios. La tristeza viene a consecuencia de que tus emociones te dejan saber que hay algo que no esta bien, que esa no es la voluntad de Dios. Te dejan saber que él quiere modificar algo para que sea mejor. Otro ejemplo que podemos resaltar es el matrimonio; trae consigo muchas dificultades, viene la adversidad y la confusión. Entonces, ¿tu matrimonio no fue enviado por Dios? ¡De ninguna manera! Ese es el momento para actuar y arreglar lo que este causando esa tristeza.

Es importante que sepas que la voluntad de Dios nunca es que sufras. Sufrir y el dolor no es parte del plan de Dios. Por esa razón, en el momento de dificultad, no puedes dudar y no puedes rendirte. Pídele a Dios que te de las herramientas para solucionar lo que este ocurriendo. Intercede por tu matrimonio, bendice a tus hijos, declara palabra sobre tu trabajo, bendice tus finanzas, y en todas aquellas bendiciones que Dios te ha dado. Si sabes que algo anda mal, ora al Señor para que te de sabiduría para solucionar los problemas. Comunícate efectivamente, abre tu corazón, y expresa con amor lo que estas sintiendo. Perdona a la persona que te ha herido, pide perdón si fuiste tu el que ofendiste. No permitas que los problemas y la tristeza sean un impedimento para los planes maravillosos que Dios tiene contigo.

Ante el Rey... Es delante de su presencia donde puedo ser transformado.