La Familia de la Fe

“Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”

Gálatas‬ 5:5-6‬ RVR1960‬‬

En el antiguo testamento, la circuncisión en el hombre simboliza el pacto que Dios había hecho con Abraham y su familia, la cual sería el linaje de Jesús. En el libro de Génesis se nos muestra que esta había sido la marca física que Dios le había dado a Abraham. Si un hombre no era circuncidado, no estaba cubierto por la promesa, y no pertenecía al pueblo de Dios. Siendo esto un mandato de Dios, Abraham circuncidó a todos los varones de su familia. En el libro de Romanos se habla de Abraham como el padre de la fe; él recibió la promesa por fe, antes de que fuera marcado físicamente.

Esta porción de la Escritura contiene una promesa aún mayor, la que quisiéramos que atesores en tu corazón. En el principio, se nos enseñó que la marca terrenal y física era lo que nos definía como parte de la familia de la promesa, pero aquí se nos muestra que no importa si fuiste marcado o no, es por fe que recibes las promesas que Dios te ha dado. Ciertamente, las situaciones de la vida nos marcan con dolor, tristeza, desesperanza, rechazo, entre otras cosas. Las marcas de tu pasado no te definen como persona, ni determina tu futuro. Por tu fe, Dios te ha dado una marca espiritual, aún más poderosa que cualquier otra. Esta marca obra por el amor con el que Dios amó al mundo. Dios puede quitar toda marca que puedas tener del pasado, y darte una nueva, la marca de su promesa.

Tu identidad y tu futuro no dependen de tus experiencias, o de lo que el mundo ha intentado determinar que seas. Tu identidad y tu valor te la entrega Dios, quien te la ha otorgado en amor, y por fe debes recibirla. No importa lo que hayas hecho o no, a través de Cristo Jesús recibes tu identidad, y la promesa de vida.

Ante el Rey… Es delante de su presencia donde puedo ser transformado.